Esta entrada pretende mostrar, a través de fotos y extractos y sin 'spoilers, lo que el lector encontrará en mi primera novela de la serie Top Fairies publicada por Edebé.
En este libro conocemos a la protagonista, Elia, una joven de 16 años cuya inseguridad le lleva a refugiarse a menudo en la soledad o en la compañía de personas afines.
Su mayor afición es la lectura y es, precisamente, esa atracción por los libros la que le lleva a descubrir un antiguo volumen oculto bajo una baldosa. En el viejo libro descubre las bases de un concurso literario convocado en 1917 por una entidad llamada 'Sociedad para la Preservación de la Memoria de las Hadas' (SPPMH).
“Tenía las
hojas moteadas con pequeñas manchas marrones producto de muchas décadas de
humedad.
Un olor a
moho antiguo la transportó en el tiempo.”
"La posibilidad de participar en
un concurso centenario le divertía. Era una manera romántica y freaky de tender un puente entre el presente y
el pasado, entre su horrible vida y las brumas de un mundo olvidado."
Unos días más tarde, cuando ya ni se acuerda del certamen en el que ha participado en un momento de bajón, recibe una carta en la que se le comunica que ha sido una de las ganadoras. El premio es una estancia de tres semanas en una mansión propiedad de la SPPMH en Somerset, Inglaterra, donde recibirá un curso de formación feérica. Tras convencer a sus padres con toda clase de garantías y pruebas de que el viaje es real, Elia parte hacia Bristol.
Una elegante dama recoge a Elia en el aeropuerto y la conduce a la residencia donde tendrán lugar las clases sobre la cultura de las hadas. La mansión, rodeada por un magnífico jardín inglés, se llama Villa Morgana.
"Después de un breve recorrido, la casa apareció ante su
vista. Era una sólida estructura de ladrillos rojos en los que destacaban los
marcos blancos de las ventanas. Como en los castillos de los cuentos, gruesas
enredaderas trepaban por la fachada ensombreciendo sus paredes encarnadas."
Es allí donde Elia y sus dos compañeras, una rusa y otra finlandesa, entran en contacto con sus profesoras quienes les aseguran que son hadas y que ellas también lo son. Las tres chicas toman esas aseveraciones como una broma, pero disfrutan con los conocimientos de botánica, cosmética, alimentación y baile que les proporcionan.
Además de las lecciones, las salidas para entrar en contacto con la naturaleza son frecuentes y siempre se acompañan de relatos e historias como, por ejemplo, la de las famosas hadas de Cottlingley.
“—No te dejes deslumbrar. Todo a
nuestro alrededor parece diseñado para dejarnos con la boca abierta, pero lo
cierto es que aún no sabemos qué hemos venido a hacer aquí…, ni qué tendremos
que dar a cambio de todos estos lujos y atenciones. Tengo miedo, Elia."
A partir de ese momento, las chicas deciden estar alerta y para no despertar sospechas siguen el programa del curso.
Uno de los lugares que visitan es Glastonbury, pueblo alrededor del cual giran numerosas leyendas y mitos relacionados con el Santo Grial y con el rey Arturo.
Uno de los lugares que visitan es Glastonbury, pueblo alrededor del cual giran numerosas leyendas y mitos relacionados con el Santo Grial y con el rey Arturo.
"Salieron del recinto de la abadía
en silencio. La impronta que habían dejado en ellas la historia y las leyendas
de aquella ciudad las sumió en una extraña calma. El mundo que habían conocido
hasta entonces se esfumaba entre las nieblas de Avalon, donde los árboles dan
suculentas manzanas y donde habitan las hadas."
También se desplazan a Londres, donde asisten a uno de los pases de modelos organizados por la agencia Top Fairies que regentan sus anfitrionas. Esta empresa les permite poder mostrarse ante los 'mundanos' sin despertar recelos.
Es precisamente durante el viaje a Londres cuando Elia sufre el primero de sus percances. Pero gracias a ello entra en contacto con un joven londinense que despierta su atención. Este sentimiento es correspondido y le hace cuestionarse su futuro.
“De pronto, ese mundo maravilloso y suntuoso
se había convertido en un lastre que la separaba de su verdadera
fantasía."
"Sin atreverse a hacer ningún
movimiento, Elia permaneció en la cama atenta a cualquier sonido. Nunca había
sentido un temor igual; creyó que iba a desmayarse. Finalmente, el sueño acabó
por vencer hasta el último baluarte de su miedo."
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